El 24 de abril, el Observatorio Niñez Colunga, en colaboración con el Centro de Justicia y Sociedad UC, publicó el informe “Violencia contra la niñez: Panorama de los últimos 10 años” con el propósito de visibilizar, con datos y evidencia, las condiciones que enfrentan niñas, niños y adolescentes (NNA) en Chile.
En el marco de conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, el documento busca contribuir a la agenda pública, y fortalecer la prevención y reparación de esta vulneración a sus derechos.
Se realizó un diagnóstico actualizado a la última década, que permite comprender la magnitud del fenómeno y las desigualdades que influyen en él, con el objetivo de contribuir a una acción más efectiva desde las políticas e instituciones públicas, la sociedad civil y otros actores responsables de la protección de la niñez.
Para el análisis fueron escogidas cinco formas de violencia: de pares (bullying), juvenil, de pareja, sexual y maltrato infantil. Cada una de estas se diferencia a su vez según las etapas del ciclo vital, el género, el entorno, el origen sociocultural y otras variables.
El informe expone que “las condiciones de pobreza, la discapacidad, el origen migrante o el pertenecer a una comunidad estigmatizada, también pueden aumentar el riesgo de sufrir violencia desde edades tempranas”.
Dos tipos de fuentes fueron utilizadas: los registros oficiales del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD) y de la Superintendencia de Educación, y los resultados de la Encuesta Nacional de Polivictimización (2017-2023), la Encuesta Nacional de Juventudes (2012-2022) y los cuestionarios complementarios del SIMCE (2016-2023).
¿Cuáles fueron los resultados del informe?
Fue descubierta una falta de consistencia entre fuentes al comparar que los registros de violencia intrafamiliar mostraron una disminución en las denuncias de NNA, y las encuestas, un alza. Es decir, hay una brecha entre los datos oficiales y la experiencia real de la niñez. Otra revelación importante fue el cambio en las dinámicas de maltrato al efectuarse menos agresiones físicas, pero más emocionales y psicológicas.
La violencia entre pares en el contexto escolar ha aumentado. La ha sufrido al menos uno de cada tres niñas y niños. En el último año, más de un tercio de estudiantes de colegios municipales declaran haber sido golpeados por un compañero. Entre los adolescentes de 15 a 17 años, un 32% denunció en 2022. La cifra más alta en diez años. Esto demuestra que no se están abordando debidamente las dinámicas de violencia en los colegios. También se ha intensificado el ciberacoso.
Por otro lado, se registró que la violencia en pareja se presenta de forma significativa desde la niñez y la adolescencia. Un 7% de las y los jóvenes entre los 15 y 17 años declara haber sufrido al menos un tipo de violencia con su actual pareja. Respecto a las agresiones físicas, entre 2017 y 2023 aumentó de un 3,7% a un 4,9%.
Respecto a la violencia sexual, esta ocurre mayormente entre NNA que en la población adulta. Solo en 2022, se presentaron 259 denuncias por cada 100 mil niñas y niños. La población más vulnerable son las adolescentes entre 14 y 17 años. Además, el 61% de quienes han sido víctimas de este tipo de violencia, no lo ha informado a una institución ni a una persona.
Violencia con brecha de género
Se evidenciaron diferencias de género. Las niñas declaran con mayor frecuencia haber sufrido distintas formas de maltrato, en especial la negligencia, la violencia psicológica y la intrafamiliar. El 69% manifestó haber sufrido al menos un tipo, frente a un 45% en el caso de los niños.
También, las niñas y adolescentes sufren más violencia digital. En 2022, el 32% -de edad entre 15 y 17 años- declaró haber sido víctima de este tipo, ante un 22% de jóvenes hombres. En los colegios, niños de 9 y 10 años están más expuestos a violencia física, mientras que niñas de la misma edad sufren más violencia psicológica.
Respecto al acoso sexual, tanto presencial como en línea, una de cada cuatro niñas ha sido víctima en 2024, y un 11,4% lo sufre cada mes. Aunque existen casos de niños, según este documento, las niñas tienen casi tres veces más probabilidades de haberlo vivido en el último año.
Finalmente, a través del informe, el Observatorio Niñez Calunga propone las siguientes acciones:
● Implementar y vigilar el cumplimiento de la Ley N° 21.430 y su Política Nacional de Niñez y Adolescencia 2024-2032
● Impulsar campañas y programas que protejan a la niñez en entornos físicos y digitales
● Desarrollar intervenciones comunitarias que prioricen la recuperación de espacios públicos seguros
● Ampliar el acceso a programas de apoyo para madres, padres y cuidadores
● Integrar apoyo económico a familias con niñas y niños
● Garantizar educación libre de violencia, con programas de habilidades socioemocionales, personal especializado y educación sexual integral
● Fortalecer la respuesta de los servicios y mecanismos de denuncia y erradicar la violencia institucional
Por Catalina Borquez y Catalina Vargas.